Encuentros y Desencuentros

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Por Kike Mireles

La vida es un constante ir y venir entre encuentros y desencuentros constantes.

Como muchas veces refirió Borges, la vida nunca deja de ser un laberinto, en el que nos extraviamos para encontrarnos más frecuentemente de lo que nosotros pensamos, siendo el transcurso del tiempo lo único que se mantiene constante, pues nosotros cambiamos, para bien o para mal, paso a paso dentro del mismo laberinto, subimos o bajamos, avanzamos o esperamos, pero el tiempo, el tiempo no para, y se vuelve lo único constante en nuestra vida, se vuelve parte de nosotros.

Borges afirmaba que «El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego».

Frecuentemente al buscar respuestas lo primero que erróneamente queremos, es detener el tiempo, parar; y esto es imposible, pues incluso los cuestionamientos más profundos, requieren del transcurso del mismo, no podemos prescindir de él, aunque así quisiéramos mientras encontremos el verdadero sentido de la vida, y es que bien lo decía Borges “El sentido de la vida es buscar el sentido”, me queda muy claro, el sentido de la vida, es vivirla, es abrazar el paso del tiempo.

Y sí, da bastante miedo que la búsqueda de ese sentido, también nos consuma, y entre más busquemos menos tiempo tendremos, pero eso es perderse en el laberinto, eso es lo que hace la diferencia entre vivir la vida en vida, o que se te esfume la misma.

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