Reconectando con tu universo

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EL ORIGEN DE LAS REFLEXIONES DE ALBERCA

Por Patricia Reza

Por una poderosa razón que no les voy a contar en esta ocasión, hace unos meses mi horario personal quedó hackeado. En cosa de pocas semanas pasé de dormirme mínimo a la 1 am, a despertarme entrelas4ylas5delamañana,yyaconlafatiga del día, a estar en cama a las 10 de la noche con un sueño extraordinario de al menos 6 horas. Nunca me imaginé ser capaz de cambiar hábitos de forma tan radical, pero así sucedió, que algo te motive siempre suma.

El tema de empezar a nadar vino un día que traía mucha molestia por una situación y sabiendo que había una alberca cercana a mi casa, decidí que era un buen momento para canalizar ese enojo de forma más positiva, y me sentí tan bien, que al día siguiente y aprovechando el hackeo madrugador lo repetí. Cabe destacar que nunca había nadado de forma regular, no tengo clases profesionales, solo guía de quien sí las tuvo, y poco a poco, con el pasar de las semanas, pasé de remojarme y dar 3 brazadas, a recorrer los 25 metros de la alberca con mejor técnica, con más rapidez y cada vez más vueltas.

Pero lo mejor no fue bajarme lo neuras, sino mejorar mi condición física o hacer del levantarse temprano un hábito que nunca tuve y que ahora me encanta, lo mejor es y ha sido ese momento de magia que ocurre cuando estoy en el aquí y el ahora al que te obliga estar en un espacio sin ruido, sin redes sociales y con una sutil sensación de supervivencia si no te conectas de lleno (porque te ahogas si no es así). Esa magia que aparece justo cuando se apaga el ruido externo y se enciende tu universo interno, que empieza con el volumen de un susurro y cada vez se hace más fuerte y claro, que fue lo que me empezó a suceder con esa nueva rutina. De repente empecé a resolver problemas que tenía en mi día, encontrar nuevas líneas creativas y escuchar fuerte y claro mensajes de sabiduría, que parecía que mi voz interior se deleitaba de decir que por fin le estaba

poniendo atención. Así que para no perderlas las empecé a grabar, originalmente solo para mí, y luego decidí abrirlas con mis redes sociales, dando pie a las reflexiones de alberca que trato de compartir, siempre que hay algo que valga hacerlo y que son el equivalente a “querido diario”.

Leí hace poco en el libro “Libera tu Magia” de Elizabeth Gilbert, que si alguien escribe para los demás está cometiendo un error. Los libros se escriben para adentro, y es gracias a ello que logran traspasar emociones si realmente conectas con tu interior. Y podría decirse que pasa lo mismo tanto con los mini programas y entrevistas que he hecho en “Hablemos de Inspirar” en Instagram (que fue mi manera de salir de una depresión), como con las “Reflexiones de Alberca” que me permiten conectarme con mi ser y establecer conexiones con los demás. Las redes sociales pueden ser buenas o malas, pero la dirección de ello depende de nuestro espejo interno, y de lo que en consecuencia refleje de nosotr@s mism@s. La retroalimentación de quienes las siguen, que van desde conectar con alguien que te conoce a niveles más profundos, hasta que un perfecto desconocido te agradezca alguna entrevista, transmisión o historia, porque ese día realmente necesitaba un levantón anímico y lo obtuvo con esos minutos de compartir tu vida, es lo que también te regresa a la tremenda responsabilidad que implica cuidar lo que compartimos, para que la línea pueda ir orientada hacia inspiración, amor y/o agradecimiento.

Te comparto esta parte de mi vida no desde una perspectiva presuntuosa, sino con toda la humildad y agradecimiento que implica ese último y máximo regalo de la vida: cosechar experiencias y llenarnos el alma de inspiración. Gracias por leerme, gracias por inspirarme y ayudarme a seguir trabajando en mi mejor versión, te deseo de corazón un mejor reflejo para ti también, porque al final mejores reflejos, construyen mejores sociedades, ¿No crees?

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