Nutrición estética para la piel

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UNA PIEL SANA, BELLA Y RADIANTE

La nutrición es considerada históricamente como el principal factor condicionante en la salud de la piel. En la época actual, la ciencia de la nutrición moderna se ha enfocado en la “dieta” (alimentación cotidiana), el consumo de ciertos alimentos, ingredientes nutricionales específicos, suplementos y sus efectos determinantes en la salud de la piel y su belleza.

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, protege a los órganos internos y es la primera barrera de protección contra el medio exterior. Su funcionalidad e integridad están influenciadas por la carga genética, exposición a la luz solar, climas extremos, enfermedades crónicas, consumo de medicamentos, estilo de vida (actividad física, estrés, consumo de tabaco, drogas, alcohol, higiene de la piel).

Entre los principales componentes para la salud dérmica, tenemos:

El agua, que representa el 70% de su com- posición, la hidratación es sumamente importante, por eso es recomendable consumir de 6 a 8 vasos de agua al día, incluyendo el agua contenida en los alimentos. Es muy importante evitar consumir bebidas que contengan gas, altas en sodio, colorantes y conservadores, es una manera muy simple de cuidar tu piel.

La piel necesita de energía para llevar a cabo todos los procesos de regeneración, formación de nuevas células y de man- tenimiento de las mismas. Por ello, es importante el consumo de carbohidratos de buena calidad. Los hidratos de carbono complejos (harinas integrales, maíz, trigo, arroz, tubérculos, leguminosas), deben prevalecer en la dieta y el consumo de carbohidratos simples debe provenir de las frutas. Evita los alimentos altamente procesados (pastelería, dulces, caramelos,bebidas carbonatadas, bebidas, f rituras comerciales, chocolates azucarados).

La estructura de la piel está fundada en los aminoácidos, precursores para formar los diferentes tipos de colágeno y fibroblastos; por ello, el consumo en equilibrio de las proteínas tanto de origen vegetal y animal es fundamental en la salud. Consumir carnes con el menor contenido de grasa, prevaleciendo las blancas (pescado, pollo, mariscos), rojas en menor cantidad (en promedio 2 veces a la semana) y leguminosas (frijoles, lentejas, habas, chícharo) de manera cotidiana será clave importante para gozar de una piel joven.

Los lípidos son determinantes en la salud dérmica que condicionan la permeabili- dad, mantener un peso sano consumiendo en grasas de origen animal y vegetal es lo más recomendable. Procura consumir aceites, oleaginosas, productos lácteos con bajo contenido de grasa.

La elasticidad, espesor, regeneración, muerte celular prematura, dando aspecto de una piel radiante y sana, destacan la vitamina A (retinoides y carotenoides), C,D3, E, y entre los minerales el zinc, selenio, cobre, así como los probióticos.

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