Licenciada en Nutrición
FB @NutraClinique
¡DALE EL SÍ!
A la mejor versión de ti
El estrés de una boda vuelve a cualquier novia en presa fácil de las crisis de ansiedad, los atracones y el descontrol en la alimentación
No es un secreto que preparar una boda es uno de los momentos más gratos de recordar en la vida de cualquier mujer, pero también es cierto que ese inmenso mar de preparativos a veces puede llegar a ser más estresante de lo que uno pensaba.
¡Sé lo que estás pensando! Pero el remedio no es cancelarlo todo para lograr entrar en el estado ZEN que más convendría a tu control de ansiedad. Si estás próxima a casarte, mejor toma nota porque tal descontrol en la alimentación está a punto de mejorar si logras seguir al pie de la letra estos cinco pasos básicos, que te llevarán a darle el SÍ, a la mejor versión de ti.
1. Toma agua constantemente (mínimo de 6 a 8 vasos de agua natural al día). No solo te ayudará a regular tu apetito, sino que recientemente se ha demostrado que la deshidratación puede afectar tanto las funciones cognitivas (estado de alerta, concentración, memoria a corto plazo), como el rendimiento físico; ambas funciones básicas e indispensables para estar al tanto de elegir el salón ideal, el grupo musical correcto, los arreglos, entre otras cosas.
2. Siempre lleva contigo una colación o refrigerio para estar preparada cuando te ataque la ansiedad (trata de no repetirlas, ni consumirlas más de dos veces en el día).
Ejemplo
Opción 1: una ‘caja loca light’ preparada con verduras como jícama, zanahoria, betabel y pepino con limón con dos cuharadas soperas de cacahuates y una o dos cucharadas de chamoy con estevia (de venta en tiendas orgánicas) Opción 2: un smoothie fresco preparado con una taza de leche vegetal (preferentemente almendra), una taza de frutos rojos, dos cucharadas de amaranto y tres centímetros de jengibre y canela al gusto.
Opción 3: si tu ansiedad es por botana puedes consumir de dos a tres tazas de palomitas in adas con aire o medio paquete de botana de nopal con maíz de 50 gr. (son preferibles las que vienen en forma de totopos, en lugar de churros). Pero si tu voluntad te lo permite, prefiere botanas a base de proteína como carne seca, charales con limón y chile o rollitos de pechuga de pavo bajo en grasa y/o en sodio, acompañados con verduras. Opción 4: entre un cuarto u media taza de nueces, almendras, cacahuates, pepitas y/o pistaches + diez arándanos o diez pasas, o entre dos y tres ciruelas pasas o chabacanos.
3. No te mal pases ni dejes de comer pensando que así bajarás de peso, pues el cuerpo al estar en estado carencial buscará rápidamente recuperar los depósitos de grasa que forzosamente se vaciaron para obtener energía, al no cubrir tus requerimientos por la deficiente alimentación que se llevó durante varios días, y créeme, un solo día de permiso después del ayuno te costará más caro (calóricamente hablando) que haber comido equilibradamente constantemente.
4. No importa qué tan ocupada esté tu agenda, siempre deja un espacio para hacer ejercicio. De ser posible, una hora diario sería lo ideal; pero cuando menos 30 minutos, tres veces por semana harán una notoria diferencia entre una crisis existencial y pensar con más claridad. El ejercicio te ayuda a liberar y canalizar toda clase de presiones y pendientes; si no canalizas esos sentimientos, lo más común es que se traduzcan en ansiedad y en comer de más.
5. Si para calmar tu estrés, tu novio (casi esposo) te invita a cenar… ¡Déjate consentir! Pero aprende a elegir. Evita pedir los patillos que en su descripción usen las palabras: gratinado, empanizado, frito, capeado, a la crema, etc.
¡Disfruta el momento, elige mejor! «