Mariana Núñez Urquiza
Licenciada en Nutrición
FB @NutraClinique [email protected]
¿Excepciones para nosotros?
Reglas para los niños
La verdadera ‘chamba’ de un tratamiento de obesidad infantil es para los padres, que para garantizar el éxito del tratamiento de su hijo deben establecer cambios en la rutina y hábitos de alimentación de toda la familia
No es cosa del otro mundo que lleguen a consulta un montón de padres desesperados por conseguir la ‘cura’ para la obesidad o sobrepeso de sus hijos. Lo más interesante del caso, es que los padres verdaderamente parecen desconcertados ante el repentino aumento de peso de su criatura ¡Como si no tuvieran ni la más mínima idea de dónde vienen o de dónde sale el dinero para toda la chatarra que se come el pequeñín día con día! ¿Cómo aceptar las críticas que hacen los médicos y demás personal de la salud, al referirse al sobrepeso y la mala alimentación que lleva el niño? ¿Cómo acepta un padre o una madre la idea de que NO está alimentando correctamente a sus hijos? Cruda realidad ¿No es así? Hoy en día el tratamiento de la obesidad infantil es algo verdaderamente complicado cuando los padres no toman partede la responsabilidad que les con ere al respecto. Somos humanos y nadie nos enseña a ser padres y por el contario, todo mundo nos enseña acomer (no necesariamente a comer cosas buenas) pero sí a comer y comer.
Lo cierto es que el verdadero control de lo que come o no un niño, está directamente relacionado con los hábitos de los padres, porejemplo: si el papá no soporta el agua natural y en su lugar toma refresco, seguramente sus hijos crecerán con la misma ‘maña’. Suenaduro y un tanto exagerado, pero la realidad es esa: “Las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra” y cuando hablamos de obesidad o sobrepeso infantil, basta con voltear a ver la familia de la que proviene el pequeño para entender el origen de su enfermedad; no solo porque la obesidad puede tener una cierta carga genética, sino porque también básicamente es resultado de un ‘entorno obesogénico’ (serie de malos hábitos, que muchas veces no se perciben como tal desde el núcleo familiar).
No piense que es necesario entrar a un plan estricto de alimentación, existen reglas básicas que si se siguen correctamente permiten fomentar en nosotros mismos y nuestros pequeños un estilo de vida saludable.
1. Establezca un mínimo tres comidas al día, con horarios jos y busque darse tiempo para comer sentados.
2. Promueva el masticar lentamente, pues da la pauta a que los pequeños entiendan que comer requiere un espacio y un tiempo específico (como cuando hacen su tarea).
3. Coma de todo, pero en pocas cantidades.
4. Evite los alimentos fritos, capeados, gratinados o empanizados con frecuencia y evite las preparaciones con manteca, chorizo, tocino, nata, crema, mantequilla, etc. Ya que, aunque los niños necesitan grasa, también es necesario cuidar la calidad y cantidad de la misma.
5. Procure el sabor neutro de los alimentos (ni muy dulces, ni muy salados) para evitar que los pequeños desarrollen preferencias.
6. Evite premiar a los niños con el consumo de postres, dulces, chocolates, chatarra, etc. Lo mejor será permitirlas una o dos veces por semana (de preferencia los nes de semana) para que el niño comprenda que no son alimentos que se deban consumir en la vida cotidiana.
7. Tome agua natural con regularidad y en lugar de refresco acostumbre tomar agua de fruta natural; si ocupa frutas de temporada no es necesario agregar azúcar.
8. Consuma al menos 3 raciones de alimentos de origen animal al día, guisados con poca grasa y acompañados con verduras. Si elige carne, que sean cortes magros o sin piel (pre era pollo o pescado); si come huevo, no consuma más de 2 piezas por semana y si come que- sos alterne los duros (como manchego o asadero) con quesos frescos como panela y Oaxaca.
9. Consuma cuando menos 5 frutas y/o verduras al día.
10. Haga ejercicio, camine o juegue con sus hijos al aire libre cuando menos 30 minutos, de preferencia diario o de 2 a 3 veces por semana.«