La importancia de la autocomposición de conflictos

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en la “nueva realidad” tras la aparición del COVID19

 

En estas líneas, vamos a hablar acerca de nosotros, de la sociedad, de qué podemos hacer para contribuir a la sana integración del tejido social y económico (la política no es cosa nuestra, al menos en forma activa).

 

Con el año 2020 venía anexa una amenaza disfrazada de sorpresa para la humanidad, ese virus, del que tanto se ha hablado, ese virus cuyo nombre se ha repetido tantas veces que una más esta de sobra (no pienso volver a pronunciar su nombre, punto).

 

Con el microscópico invitado incómodo causando estragos en nuestras estructuras sociales, económicas y políticas, no tenemos más remedio que re-ajustar nuestra vida diaria… a este re-ajuste se le ha denominado (en forma eufemística) “nueva realidad”, sin embargo, en la humilde opinión de este que les escribe, debería denominársele “acoplamiento al caos” o simplemente “y ahora qué?”.

 

Lo peor que podríamos hacer es entender las circunstancias actuales como una situación de carácter económico, ya que nos llevaría a abordar la temática desde una perspectiva incompleta y equivocada; debemos entenderlas como un gigantesco problema de salud pública, con aun más gigantescas consecuencias económicas… sin duda una tarea difícil para el gobierno en turno, pero no imposible, historias de éxito tenemos al menos cinco en las cuales mirarnos y de las cuales sacar conclusiones sólidas: Corea del Sur, la República Checa, Japón, Taiwán (curiosamente no reconocido como miembro por la OMS, sino como parte de China… los organismos internacionales también juegan a la política), entre otros; con medidas sofisticadas como las cuarentenas inteligentes, el uso obligatorio de mascarillas, la sanitización efectiva de los espacios públicos… etc.

 

Novar obligaciones, reestructurar créditos, dar en pago, pagar en especie, diferir los pagos, documentar las deudas. Infinidad de problemas se presentarán entre cliente y proveedor, entre patrón y trabajador, entre arrendador y arrendatario, entre gobierno y gobernado, y si no adoptamos una postura solidaria, basada en el diálogo social, en el equilibrio y la empatía y en la autocomposición, vamos a colapsar como piezas de jenga.

 

¿A qué se refiere este abogado con autocomposición?, muy sencillo, la autocomposición es la renuncia de un derecho propio en beneficio de un interés resolutivo. Es decir, la autocomposición es la solución de un problema entre dos o más personas, a la cual ellas mismas llegan sin necesidad de que sea un tercero quien imponga su determinación.

 

Así, lo recomendable bajo circunstancias que modifican la forma de concebir la realidad, que cambian las posibilidades y posturas económicas, y que alteran la realidad en que solíamos desenvolvernos… no es otra cosa que arreglarse, autocomponer con aquellas personas con quienes se guarden vínculos obligacionales. Pactar con los deudores y/o acreedores, trabajadores, clientes, proveedores, con la finalidad de tomar las riendas de nuestras problemáticas y crear nuestras propias soluciones… ya que de lo contrario no habrá dinero ni recursos que alcancen para sostenernos. De lo contrario, acudiendo a las formas tradicionales de impartir justicia (ante un juez), no habrá dinero, recursos, tiempo o tribunales que alcancen para hacer frente a la problemática.

 

 

Por Rafael Sibaja