Por: Nora Monge
Terapia científicamente demostrada, tecnología de la NASA, moderna, relajante, segura, no invasiva que integra salud, bienestar y estética.
La luz infrarroja se utiliza ampliamente en el ámbito médico, como en pediatría para las cunas radiantes de los bebés recién nacidos, traumatología, fisioterapia, oftalmología y endocrinología.
Penetra 5 pulgadas en la piel sin dañarla, aumenta la temperatura interna y acelera el metabolismo, activando las mitocondrias contenidas en las células. Esto permite iniciar el catabolismo del exceso de grasa (lipólisis) y, gracias a la liberación adicional de energía (ATP) por el estímulo de la luz infrarroja, las células la utilizan para regenerarse, reparar daños, rejuvenecer, aumentar la síntesis de colágeno y elastina, así como mejorar la captación de nutrientes y generar piel nueva, eliminando células muertas
Cada sesión dura de 30 a 45 minutos y genera un gasto calórico de 900 a 2400 Kcal, equivalente al ejercicio de alto rendimiento como un maratón con un trote de 4 a 6 km.
La cápsula de luz infrarroja es una terapia eficaz para la pérdida de peso y grasa, el tratamiento anti- flacidez y rejuvenecimiento, con resultados visibles en cada sesión. Se recomienda complementar con un plan nutricional personalizado.
Los estudios clínicos han confirmado sus ventajas, entre las más destacadas se encuentran:
- Pérdida de peso
- Eliminación de grasa corporal
- Disminuye la celulitis
- Anti-flacidez
- Antienvejecimiento, reafirma el tono y elasticidad de la piel
- Mejora la neuropatía diabética, úlceras, ayuda con la cicatrización y su apariencia, inclusive de quemaduras
- Beneficio en las lesiones musculares, dolores articulares, tensión muscular, inflamaciones, patologías músculo-esquelético, cólicos menstruales
- Desvanecimiento de cicatrices, líneas de expresión e hipercromías
- Estimula la sensación de tranquilidad, relajación, bienestar y alegría
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