Por Ana Cecy Salazar
Alguna vez leí una frase muy sabia….
«La casa de los abuelos, hotel de los hijos, guardería de los nietos», y me pudo encantar. No hay frase más atinada que esta, ya que la casa de los abuelos engloba un sentimiento de paz, tranquilidad y amor, la guarida perfecta para cargar pilas en todos los sentidos.
«NUESTROS ABUELOS HICIERON SU CASA, LA NUESTRA».
Poder contar con abuelos es un regalo de la vida, y la fortuna de poder quedarse con recuerdos que no solo te llenan el corazón, pero hacen tu infancia única.
La casa de los abuelos representa todas aquellas enseñanzas de poder vivir en familia, los valores que realmente importan y son los motores en nuestras vidas para pasar a las próximas generaciones.
La importancia de saber que hay que luchar por aquellas cosas que queremos, que con amor, convicción y fortaleza, todo se puede y que la felicidad no es un lugar, sino un camino.
El agradecimiento infinito a nuestros abuelos que nos abrieron las puertas de su casa, que sábado con sábado entraba mucha gente a quienes llamamos tía, tío, prima, primo y todos a comer los platillos más deliciosos y disfrutar las navidades más espectaculares. Con quien también compartimos los viajes más divertidos, las risas, los primeros amigos y pleitos con más sin sentido.
Las interminables pijamadas y los pasillos que se convertían en camas, cada rincón y cada cuarto de su casa tienen una historia.
Viviremos infinitamente agradecidos por enseñarnos que la vida es más simple de lo que parece, y que las cosas más bellas no tienen precio, que el amor se construye todos los días y vive en cada uno de nosotros.
La etapa de los abuelos es maravillosa, nos dieron los mejores años de nuestra infancia para nosotros llenarnos de ese amor y pasarlo a las nuevas generaciones.
Por siempre en nuestro corazón, abuelos, los amamos son parte de nosotros.
¡Gracias a la vida, que nos ha dado tanto!
Contacto:
@anacecymakeup
