ALEJANDRA VEGA REYES PRESIDENTA DEL XVI COMITÉ DIRECTIVO CMIC QUERÉTARO
MÉXICO EMPRENDEDOR
Actualmente vivimos un momento histórico en México, la mayor cantidad de población es joven, razón por la cual el lema de que la juventud es el futuro de nuestro país ha cambiado por que ahora definitivamente ¡Somos el presente! Los jóvenes tenemos que ser conscientes de que está en nuestras manos la responsabilidad de hacer cambios importantes, sobre todo hacia esta realidad política, económica y social que a veces tanto lastima a la población; ya no seremos, sino que somos una esperanza para lograr un mejor país, tanto para nosotros como para nuestros hijos y nietos.
Sin embargo, tenemos varios retos y por eso me gustaría hablar sobre el emprendimiento en el México de hoy.
Me he encontrado en varios foros con extranjeros y algo que es indudable es que el mexicano siempre sobresale, lo que me ha hecho reflexionar en que poseemos una característica cultural relacionada con la simpatía, el liderazgo y una gran personalidad comparable a cualquier alemán, francés o inglés, por ejemplo. Pero ¿qué nos falta?
Creo que hay varias respuestas para esto, pero una de ellas es la cultura del emprendimiento. Siempre he pensado que debe de ser una materia que se imparta desde primaria, secundaria y se refuerce en preparatoria.Cuando noté la gran necesidad de esta cultura en el joven mexicano me di a la tarea de impartir giras universitarias mientras presidia el grupo de jóvenes empresarios en la CMIC. Tomé esta decisión debido a que como estudiante me encantaban las conferencias en las que los empresarios nos compartían sus historias de éxito, el cómo de la nada llegaron a desarrollar grandes empresas a veces después de más de 20 años de trabajo, sin embargo, nunca vi el testimonio de un joven que nos contara su experiencia y nos diera un ejemplo inspirador sobre una meta a corto plazo.
Deestasgirasresultaronvariosuniversitariosquepusieronsus propiasempresas,particularmentecondosfundamentosprincipales:uno,queel trabajo en equipo es necesario para crecer y emprender; y dos, que es necesario el alto grado de frustración (consejo que me dio un gran em- presario, el Ing. Chufani, el constructor más importante de Querétaro) para conseguir las metas que nos fijamos, puesto que nada es fácil y siempre tendremos obstáculos.
Tomar el riesgo de crear una empresa es algo que no debemos temer, al contrario, tenemos que entenderlo como un esfuerzo, quizás el más grande de nuestra vida, y como un logro de nuestra creatividad con el que estamos formando un patrimonio para los nuestros y para la sociedad en general. «