NUTRICIÓN

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MARIANA NÚÑEZ URQUIZA NUTRA CLINIQUE
LICENCIADA EN NUTRICIÓN

“QUERER POCAS COSAS, PERO QUERERLAS APASIONADAMENTE”
Concluyó el primer mes del 2017 cargado de altas expectativas, lleno de proyectos y una lista de cuando menos 12 propósitos por cumplir, pero… ¿Cuántos cambios ha logrado instaurar en su vida desde el primer día del año y a la fecha, para lograr cuando menos uno de los propósitos que programó? La realidad es que cuando la gente diseña su lista nunca o rara vez toma en cuenta el ‘cómo logarlo’ o el ‘qué hacer para conseguir- lo’, y la realidad es que en esas dos preguntas radica el éxito o el fracaso del cumplimento de nuestros objetivos.

En cuanto a hábitos de rutina y alimentación respecta, desde mi muy humilde opinión profesional y personal, podría resumir que todo depende de DISCIPLINA y ésta se forja a punta de ‘No quiero’. Así es, la disciplina consiste en hacer persistentemente esa acción que nos deje ir diseñando una especie de patrón, que a la larga nos permitirá (con su constante aplicación) ver un resultado diferente al que obteníamos cuando no hacía- mos esa clase de esfuerzo extra.

Empezar a hacer ejercicio, verdaderamente estar dispuesto a cambiar hábitos de rutina, apegarse a un régimen alimentario especialmente diseñado, tomar agua, etc., son actividades que se pueden incluir en la rutina a través de la disciplina y no solo enfocada a ello; trataré de explicarme mejor. Por ejemplo, levantarse a cierta hora todos los días (sin pretexto alguno), tender la cama, leer 10 hojas de un libro, etc., son acciones que con su repetición constante permitirán al cuerpo seguir un patrón de programación y a la vez estar más receptivo a nuevas tareas y nuevas y mejores actitudes y hábitos de rutina. Pensamos que dejar de comer de la noche a la mañana o pasar de estar acostados en el sillón a hacer dos horas de ejercicio intenso diario, es lo que se necesita para cambiar la apariencia y la salud, pero la cosa no va por ahí. Se tienen que trabajar varios aspectos de la vida y la rutina para que esos cambios no sean pasajeros y solo den resultados fugases. Tendríamos que aprender a ser constantes en otras cosas para transpolar esa constancia y esa dedicación a otros aspectos tales como la dieta y el ejercicio. Revise su rutina, sus horarios y su agenda; diseñe su nueva rutina de vida donde imple- mente pequeñas de estas acciones que fortalecerán su fuerza de voluntad día a día de forma constante, aunque no se relacionen directamente con su meta final (por ejemplo leer un libro o tender la cama, que aparentemente no se relacionan con la pérdida de peso, trabajarán en usted la constancia y dedicación necesaria para además apegarse a un plan de alimentación). Una vez que tenga trabajada esa fuerza de voluntad a través de la disciplina, enfóquese en acciones específicas para mejorar su rutina y alimentación; no solo obtendrá más y mejores resultados, se sentirá mejor de una forma más integral de manera constante. «