NUTRICIÓN

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MARIANA NÚÑEZ URQUIZA NUTRA CLINIQUE
LICENCIADA EN NUTRICIÓN

ENTRE FIESTAS Y COPAS
Unas de las principales protagonistas de las fiestas de fin de año (y de todas en general) son las bebidas alcohólicas, que como complemento de los platillos de temporada llegan a detonar la carga calórica de nuestras cenas y comilonas, pero de manera silenciosa. Con frecuencia veo en la consulta que la gente se preocupa o cuando menos muestra más ‘cruda moral’ por todo lo que comió, pero pocas veces se preocupa por lo que bebió, y es que en general tendemos a pasar por alto las calorías ocultas en las bebidas dulces o alcohólicas, porque no dejamos de percibirlas como ‘agüita’; cuando deberíamos tomar en cuenta que a veces podemos consumir la misma cantidad de calorías en alimentos que en bebi- das, haciendo mucho más fácil cubrir la ‘cuota’ necesaria de calorías para subir kilos, no solo de peso sino también de grasa corporal.

La verdad es que no existe una cantidad de ‘alcohol recomendado’ para incluir en la dieta diaria, sino más bien un ‘máximo tolerable’; lo que quiere decir que lo mejor sería que pudiéramos evitar lo más posible esta clase de bebidas que solo aportan calorías vacías (ya que no aportan ningún nutrimento) o de lo contrario, tratar de no abusar de las mismas

Con el fin de unificar criterios a la hora de calcular el consumo de alcohol, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estipuló su medida a través de la Unidad de Bebida Estándar (U.B.E.). Cada U.B.E. supone entre 8 y 13 gramos de alcohol puro (determinados por el grado de alcohol y la cantidad de la misma bebida). Con una U.B.E. se puede medir la cantidad de alcohol puro y solo, no la cantidad de líquido que se bebe. Un hígado sano puede meta- bolizar alrededor de una U.B.E. cada hora u hora y media. La recomendación de la OMS con respecto al consumo de bebidas alcohólicas es no superar los 30 gramos de alcohol diarios si eres hombre y los 20 gramos si eres mujer.

Para calcular el contenido en gramos de una bebida alcohólica basta con multiplicar los grados de la misma X los mililitros que se van a consumir X la densidad del alcohol (0,8) y dividir el resultado entre 100.

Saber calcular el U.B.E. nos puede servir como referencia para saber qué tanto nos estamos excediendo o no en bebidas alcohólicas durante la tempo- rada, pero definitivamente aparte de la cantidad, lo mejor será también tomar en cuenta la ‘calidad’ de las bebidas que consumimos; es decir tratar de elegir mejor qué tipo de bebida alcohólica vamos a tomar y con qué la vamos a acompañar. Elegir tequila, vodka o whisky en su versión más pura (dere- cho) así como una copa de buen vino, serán siempre las versiones menos calóricas que podemos elegir. Si tu bebida favorita es una cuba o una paloma, sustituir el refresco promedio por ‘light’ o agua te ahorrará una gran cantidad de calorías. Ahora sí… ¡SALUD! Feliz y próspero año nuevo para todos. «