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ALEJANDRA VEGA REYES
PRESIDENTA DEL XVI COMITÉ DIRECTIVO CMIC QUERÉTARO

MUJERES, LA EDIFICACIÓN DEL PROGRESO
A década y media del siglo veintiuno hablar de la mujer parece cosa sencilla, aunque el tema se complica cuando vemos a diario a tantas de ellas en situación de desventaja laboral y social, pues en toda la República, según los Indicadores de ocupación y empleo al segundo trimestre de 2016 del INEGI, de los más de 53 millones y medio de personas económicamente activas, alrededor del 38% son mujeres, mientras ellas representan una media de 51.4% de la población total en México.

A pesar de que la cifra es baja, hemos de reconocer que las cada vez más frecuentes iniciativas en diversas instituciones por promover la equi- dad de género en puestos laborales, generan resultados visibles, dependiendo de cada sector.

Lo que es un hecho, es que cada vez existe más participación por parte de las mujeres en la toma de decisiones, es cuestión de observar, a nivel global y nacional, la importancia del género femenino en puestos de poder. Aunque en México sigue siendo la mayoría hombres quienes aportan la mayor parte de la economía, ya podemos ver que, por ejemplo, el número de mujeres en las candidaturas a diputadas ha crecido, incluso rebasado al número de masculinos; hoy en día tenemos el mayor número de mujeres en la Cámara del Senado con el 35% aproximadamente, mientras en 2000 era de 15.6%. Esto da esperanza a que en algún momento pudiera darse una Presidenta de la República, como ha pasado en Chile o Brasil, como ha sido Angela Merkel en Alemania, uno de los países más poderosos del mundo, incluso Hillary Clinton, quien se posiciona con fuerza sobre Trump para las próximas elec- ciones gubernamentales de Estados Unidos.

Japón hizo historia abriendo la posibilidad a que una mujer ocupara el cargo de Primer Ministro. Y sin ir más lejos, que una mujer ocupara la Presi- dencia de una Cámara de Constructores, o la Secretaría de Obras Públicas en nuestro estado, cuando ambos nombramientos estuvieron también históricamente ocupados por hombres, quienes dominan el sector secundario de la economía.

Peroesonoeslomástrascendente,sinoqueculturalmentehemoscambiadoyvemoscadavez amásmujeresganándoselavidayladesushijos, en trabajos tan cotidianos como manejar un taxi o un microbús, de la misma manera en que nos acostumbramos a ver a más jefas de departamentos o dueñas de sus propias empresas. Pero ¿Qué es lo más importante de esto? Empezar a creer en nosotras mismas como mujeres, tener la confianza y se- guridad de que con ganas y metas bien fijadas podemos lograr lo que nos propongamos y tener equilibrio en nuestras vidas incluyendo la parte laboral y familiar si así lo deseamos. Por que lo que es seguro es que una mujer siempre desempeña lo que le apasiona, desde ser ama de casa hasta ser empresaria, de manera comprometida y responsable. «